Recibido: 20 de abril de 2020; Aceptado: 12 de junio de 2020
El efecto de la política fiscal en las elecciones de América Latina durante el periodo 1980-2016
The Effect of Fiscal Policy on the Latin American Elections During the Period 1980-2016
Los gobernantes han aprovechado el control desproporcionado de los instrumentos fiscales para mejorar su reputación ante los ciudadanos, y así, mantener el poder dentro de su figura o la de su partido, lo que termina generando un sesgo democrático que beneficia los intereses propios. La literatura considera que los países con bajo nivel de desarrollo son más propensos a sufrir de estas prácticas oportunistas, lo cual es consistente con los resultados de la región. Sin embargo, la amplia difusión y ejecución de estas prácticas no es suficiente para dar conclusiones acerca de su efectividad para la obtención de votos. Por esto, el presente trabajo tiene como objetivo analizar la relación entre el uso de los instrumentos de política fiscal (gasto público, ingresos tributarios y balance primario) y los resultados electorales de 18 países latinoamericanos durante 1980 a 2016, utilizando la metodología de logit. Los hallazgos confirman que expansiones en el gasto público durante todo el mandato y en especial en el periodo electoral, mejoran las probabilidades de los gobernantes y sus partidos de mantenerse en el poder. Adicionalmente, bajo este contexto los ciudadanos están dispuestos a favorecer incrementos en la recaudación tributaria para contar con los recursos suficientes para afrontar dichos gastos y así no deteriorar el balance fiscal. No obstante, ambos resultados son válidos únicamente para los periodos de democracias establecidas, lo que podría explicar por qué estas prácticas han ganado relevancia y presencia en la región durante los últimos quince años. Hoy, los formuladores de política económica deben estar conscientes de los incentivos perversos que entran en juego con la política fiscal, motivo por el cual, en pro de la democracia, se torna deseable que aboguen por fortalecer los sistemas de pesos y contrapesos y fomentar mayores niveles de transparencia.
Palabras clave
Política Económica, Política Fiscal, Presupuesto, Elección, Análisis Histórico, América Latina.Resumen, traducido
Rulers have taken advantage of the control of fiscal instruments to improve their reputation towards the citizens in order to maintain power within their figure or in their party, which ends up generating a democratic bias that benefit their personal interests. Academic literature considers that countries with low level of development are more likely to engage in these opportunistic practices, which is consistent with the results of the region. Nevertheless, their widespread use is not enough to draw conclusions about their actual effectiveness to obtain votes. Therefore, this study has the objective to analyze the relationship between the use of fiscal instruments (public expenditure, tax revenues, and primary balance) and the electoral results of 18 Latin American countries during the period 1980-2016 using logit regressions. Findings confirm that expansions in public spending during the entire mandate and especially during the electoral period improve the probabilities of rulers and their parties to remain in power. Additionally, in these contexts citizens are willing to favor increases in tax collection to have enough resources to support the increase of expenditures and avoid fiscal balance deterioration. However, both results are only valid for the periods of established democracies, which could explain why this opportunistic behavior has strengthened during the last fifteen years. Today, economic policymakers must be aware of the perverse incentives that come into play with fiscal policy, and should seek, in favor of democracy, to toughen the checks and balances system and to increase transparency levels.
Keywords
Economic Policy, Fiscal Policy, Budget, Election, Historical Analysis, Latin America.Introducción
Tomando en consideración que los recursos públicos son limitados, la economía del bienestar asume que las decisiones de asignación, en cuanto al nivel y la distribución de los gastos, son realizadas por un planificador social que busca maximizar el bienestar de la población en su conjunto. Sin embargo, estas decisiones en la práctica son resultados de un proceso político en el que participan diversos actores que tienen distintos intereses y motivaciones y, por lo tanto, estas son consecuencia de un proceso que involucra el interés de los actores sobre los resultados de política (Scartascini y Stein, 2009).
Tomando en cuenta que los políticos usualmente tienen un horizonte temporal de corto plazo (Puente, 2004) y un control desproporcionado de los instrumentos políticos, los gobernantes tienen además un patrón de decisión sistemático que perjudica a generaciones futuras y genera un sesgo en la democracia (Nordhaus, 1975). A raíz de esto se ha establecido una vasta literatura que busca comprender la relación entre la política fiscal y los procesos democráticos como parte de la economía política (Bojar, 2016). La manipulación electoral ha sido un campo ampliamente estudiado, principalmente tomando como premisa la existencia de un “ciclo de negocios políticos” (Political Business Cycle) dentro del cual los votantes eligen a sus gobernantes en elecciones -libres y democráticas- tomando en cuenta variables económicas. Los políticos prevén este comportamiento de la ciudadanía y tienen la intención de promover políticas económicas que lleven hacia resultados más favorables en tiempos de elección (Barberia, Avelino, Eslava y Streb, 2011).
Los estudios en el ciclo de negocios políticos buscaron probar el incremento en la actividad económica en años electorales. No obstante, estos modelos tuvieron fallas en explicar de forma teórica y empírica resultados consistentes que demostraran la manipulación electoral en un contexto en donde no existe una clara relación directa entre las decisiones políticas y el desempeño general de la política en el corto plazo (Shi y Svensson, 2003). Ante la falta de evidencia, Nordhaus (1975) desarrolló un modelo teórico considerando expansiones monetarias (movimientos sobre la curva de Phillips) como un instrumento de los gobernantes para mejorar sus posibilidades de ser reelectos.
A partir de estos aportes, la literatura ha avanzado para explicar la motivación de los políticos, quienes desean mantener una reputación positiva y pretenden visibilizar sus preferencias en términos de las variables fiscales y tipos de gasto. Por esto, las nuevas investigaciones se han enfocado en el balance fiscal, el gasto público y los ingresos tributarios, en el marco del “ciclo de negocios presupuestario” (Political Budget Cycle o PBC, por sus siglas en inglés). Los trabajos de Drazen (2001a) y Brender y Drazen (2005a) han señalado que esta manipulación fiscal se observa principalmente en los gobiernos de países en vías de desarrollo y en las llamadas “nuevas democracias”. Además, los resultados de Shi y Svensson (2003) para un grupo de 91 países durante el periodo de 1975 a 1995 apoyan parcialmente a los autores anteriores, considerando que sus hallazgos muestran evidencia de que el balance fiscal sufre deterioros significativos en el año de elección para países desarrollados y en vías de desarrollo, siendo estos cambios más fuertes para este segundo grupo de países.
Para Brender y Drazen (2005a), la experiencia democrática es un factor que incide sobre la potestad de los gobernantes en ejercer manipulación fiscal. Por esto, estos autores definen las primeras cuatro elecciones después de una transición como un periodo de “nuevas democracias” y obtienen que, en una muestra grande de grupos de países, el ciclo fiscal desaparece luego de que las nuevas democracias son excluidas de los cálculos.
Considerando que las características de los países en vías de desarrollo y las nuevas democracias hacen más probable sufrir de manipulación, América Latina ha sido un foco para los estudios sobre PBC, incluso considerando que la mayoría de sus países pueda abolir reelección inmediata. En este sentido, los intereses están igualmente presentes, porque los políticos usualmente forman parte de una esfera política mayor y sus acciones repercuten en la probabilidad del partido para mantenerse en el poder. Además, considerando la legislación actual, estos políticos pueden tener intenciones de mantener una reputación positiva para optar nuevamente por el cargo (Drazen y Eslava, 2010).
Así, los recientes procesos de democratización durante las décadas de los 80 y 90 en la región[1] en conjunto con los episodios de volatilidad económica, proveen un camino fértil para estudiar el PBC y comprobar las recientes hipótesis sobre las características que presentan los países con manipulación fiscal (Barberia …[et al], 2011). Los resultados en la mayoría de los casos han comprobado las afirmaciones de Brender y Drazen (2005a), hallando que las elecciones han provocado un empeoramiento en el déficit fiscal e incrementos en el gasto público para las democracias latinoamericanas (Ames, 1987; Kraemer, 1997; Mejía y Coppdge, 2001; Amorin y Borsani, 2004), aunque en algunos casos como Barberia …[et al] (2011), los resultados para las nuevas democracias no son robustos.
No obstante, la amplia difusión y ejecución de estas prácticas no es suficiente para dar conclusiones acerca de su efectividad en la obtención de votos. Así, en contraste con la evidencia empírica existente sobre PBC, son muy pocos los trabajos orientados a discutir sobre esta relación, especialmente cuando se estudian procesos de elección presidenciales. Sobre estos, los resultados indican que la manipulación del balance fiscal y el incurrir en un gasto público excesivo en periodos electorales son altamente improductivos, porque no mejoran las probabilidades para la reelección (Brender y Drazen (2005b); Haan y Klomp (2013); Enkelmann y Leibrecht (2013).
Estos hallazgos son aplicables para el resto de América Latina de acuerdo al único estudio que utiliza un panel amplio para el continente. Kraemer (1997: 33) realiza el análisis para un panel de 31 países latinoamericanos donde señala que “a pesar de que los intentos para abusar de la política fiscal por razones electorales están ampliamente extendidos parece que son electoralmente improductivos. Mayores déficits antes de la elección no parecen contribuir a una victoria en la votación”. Sin embargo, el trabajo de Naruhiko y Aquino (2008), sugiere que los votantes en Brasil son más receptivos a los gastos de capital y al incremento del gasto durante todo el periodo para las elecciones municipales.
Por tanto, ante el poco desarrollo del tema en América Latina, este trabajo busca profundizar sobre el trabajo realizado por Brender y Drazen (2005b) y verificar si la relación entre la reelección y manipulación fiscal se mantiene en la región considerando: i) un periodo de estudio más amplio que el realizado por Kraemer (1997), de 1980 a 2016, representando una muestra de 18 democracias latinoamericanas; ii) una clasificación de “nuevas democracias” dentro de la muestra; y iii) diferentes fuentes de manipulación fiscal a través del balance primario, el gasto público total y los ingresos recolectados con impuestos. Para esto, este trabajo utiliza un método cuantitativo para analizar la relación que existe entre la política fiscal y las probabilidades de reelección de los candidatos presidenciales.
1. Metodología
Método de estimación
Para investigar el efecto de la política fiscal sobre la probabilidad de reelección, el modelo más utilizado en literatura es el panel de datos logit de efectos fijos, considerando que se utiliza una muestra transversal para un número de países o municipios y longitudinal para los años de elección (Chortareas, Logothetis y Papandreou, 2016). Esta técnica de efectos fijos permite controlar las características individuales y no observables de la muestra que son invariables en el tiempo.
Siguiendo con la especificación de Balaguer-Coll y Brun-Martos (2013), se considera que el modelo de función logística es el adecuado por el carácter dicotómico de la variable dependiente, que toma la forma de reelección. Por tanto, se utiliza un modelo logit para estimar la probabilidad de que el presidente sea reelecto. Este modelo no lineal se caracteriza porque su función de probabilidad se encuentra delimitada dentro del intervalo y devuelve valores para la variable dependiente dentro del intervalo característico de la probabilidad.
Para esta investigación se estima el siguiente modelo empírico:
Representando la relación entre la variable dicotómica de reelección (reelect) para el país i en cada año electoral e, fijada a partir de variables fiscales, políticas y de control.
Contexto latinoamericano y descripción de las variables
Este estudio parte de una muestra de datos longitudinal y transversal para 18 democracias latinoamericanas durante el periodo 1980-2016. Para cubrir este periodo se realizó una combinación de diferentes fuentes de información según lo descrito en el Anexo 1 y se pueden especificar diferentes tipos de variables: políticas, fiscales y de control. La lista de las variables utilizadas en el estudio se detalla en el Anexo 2.
Democracia y elecciones
La literatura sobre el PBC se ha enfocado en estudiar las elecciones democráticas, porque solo en elecciones competitivas tiene sentido que un político haga uso de los instrumentos fiscales para mejorar sus probabilidades de reelección. De tomar en cuenta elecciones no democráticas se pierde la premisa básica que sustenta la teoría del ciclo político presupuesto y se disminuiría la validez de los resultados generales (Brender y Drazen, 2005a). Por esto, el artículo incluye únicamente los años electorales que, para cada país, cumplan con un puntaje mayor o igual a 6 puntos en el índice Polity IV, siendo éste el criterio estándar para la mayoría de los estudios del ciclo político presupuesto y los utilizados por Brender y Drazen (2005a), Persson y Tabellini (2000), Barberia …[et al] (2011).
Para replicar el modelo utilizado por Brender y Drazen (2005b), la variable dependiente del estudio es una binaria de la reelección. Para la variable dependiente y el resto de las variables electorales, se utilizó la información del Database of Political Institutions (DPI), complementada con la información del “World Political Leaders 1945-2005” del Zárate’s Political Collections. Adicionalmente, las fechas de elección y los resultados electorales son contrastados con la información de la base de datos del International Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA) “Voter Turnout since 1945” y de la International Foundation for Electoral Systems (IFES) “Election Guide”.
Considerando que la legislación en la región dificulta la reelección del candidato y siguiendo con las especificaciones utilizadas por Drazen y Eslava (2010) para los alcaldes en Colombia y Sakurai y Menezes-Filho (2008) para los alcaldes en Brasil, se utilizará la definición ampliada de reelección. Esta especificación toma el valor de 1 cuando los resultados del proceso electoral dan como ganador a algún miembro perteneciente del partido del presidente actual[2] y 0 en el caso contrario.
Desempeño fiscal
La manipulación electoral haciendo uso de los instrumentos fiscales se ha visto comúnmente reflejada en la literatura como un incremento del déficit a través de expansiones en el gasto público. No obstante, esto también podría ocurrir mediante una reducción del esfuerzo y las capacidades de recolección tributaria del gobierno, produciendo menores ingresos vía impuestos en el año de la elección. Por tanto, se propone analizar las variables de balance primario, ingresos tributarios y gasto del gobierno, como porcentaje del PIB en todos los casos[3].
De igual forma, siguiendo con el método de Katsimi y Sarantides (2015) se toman en cuenta diversas especificaciones temporales, aparte de las tradicionales variables en el año electoral. Las especificaciones utilizadas son las siguientes:
- Periodo (“term”): definido como el promedio de la variable fiscal durante el periodo completo del mandato de gobierno.
- Periodo electoral (“e2”): se construye el periodo electoral como el promedio de la variable fiscal en los dos años previos de las elecciones. Se toma esta decisión por la distribución mensual de las elecciones en la región, de la muestra el 45% de las elecciones (50 casos) se realiza en el primer semestre del año.
- Periodo no electoral (“ne1”): corresponde al promedio de la variable fiscal antes del periodo electoral. El número de años de esta variable depende de la duración del mandato para cada país.
- Desviación (“desv”): representa el cambio de las variables fiscales entre los periodos electorales y no electorales. Esta variable se calcula como la diferencia del promedio de las variables de interés en el periodo electoral (e2) y el promedio en el periodo no electoral (ne1).
Todas las variables fiscales fueron compiladas de la base de datos Fiscal Prudence and Profligacy del Fondo Monetario Internacional para el periodo 1980 a 2011. Para complementar esta muestra después del año 2011, se realizó un empalme con la información del World Economic Outlook.
Variables de control
Las variables de control hacen referencia a aquella información que es utilizada para la toma de decisiones fiscales, es decir, que pudiera influenciar indirectamente al PBC y la magnitud de las expansiones del gasto. Para esto, se incluyen las variables económicas y sociales del World Economic Outlook con su más reciente actualización de abril de 2019. En los casos en que no se encontró información disponible en la primera fuente, se complementó la muestra para abarcar el máximo periodo disponible por país haciendo uso de información estadística de la CEPALSTAT de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y del World Bank national accounts data del Banco Mundial[4].
2. Resultados
En el Anexo 3 se presenta el cuadro de estadísticas descriptivas de las variables utilizadas en el estudio. Uno de los aspectos más relevantes es que el promedio del balance primario, gasto público e ingresos en el año de elección es igual al promedio de estas variables para lo que se denomina “periodo electoral”, que añade al primer indicador, el promedio de cada variable para el año previo a la elección. Además, la desviación estándar de estas variables también es similar. Por tanto, considerando que hay 50 elecciones en los primeros 6 meses, se asume el “periodo electoral” como aquellos dos años de campaña para el gobierno. Sus resultados indican inicialmente que durante el mandato de gobierno hay, en promedio, un superávit de 1 punto del PIB, aunque motivado por el incremento en el gasto, en el último periodo este indicador toma un valor promedio de 0.
En términos del desempeño macroeconómico, la región tiene un relativamente alto promedio de inflación durante el periodo estudiado, principalmente motivado a las hiperinflaciones en Argentina (1989-1990), Bolivia (1984-1985), Brasil (1989-1990) y Perú (1990), cuestión que se mantiene inclusive en año electoral. Los fenómenos inflacionarios se caracterizan por estar presentes en economías en desarrollo y en periodos de transición, por esto el promedio de la región luego del año 2000 disminuye abruptamente. Por otra parte, mientras el crecimiento del PIB se mantiene en un promedio de 4% para el periodo completo y el periodo electoral, su especificación per cápita crece en USD 445 para la elección (equivalente a un 10% del PIB per cápita promedio del periodo).
Por otra parte, el Gráfico 1 muestra las variaciones de los indicadores fiscales para el periodo electoral con referencia al promedio del periodo y sus respectivos porcentajes de victoria. En este se puede notar que el 68% de los gobiernos (73 elecciones) incurrió en expansiones del gasto en el periodo electoral en comparación con el promedio de los periodos de gobierno. Adicionalmente, se halla que, en aquellos países en donde se incrementa este gasto, la tasa de victoria aumenta a 42%, comparado con solo el 10% en aquellos países que disminuyen su gasto electoral. Con respecto a los ingresos fiscales, no parece haber una tendencia marcada, pues solo en el 53% de los casos (57 elecciones) los ingresos tributarios aumentaron en el periodo electoral, aunque de igual forma la brecha en la tasa de éxito electoral disminuye a 11%.
En contraposición, los resultados del balance primario se leen de forma inversa, los aumentos significan una mejora del balance fiscal, lo cual es producido por la relación entre reducciones del gasto o incrementos en la recaudación de forma relativa. Así mismo, las disminuciones generan un debilitamiento del balance, producidos por aumentos relativos del gasto o reducciones del ingreso. El PBC tiende a mostrarse más en este segundo caso, en cuanto se considera una conducta regular para los mandatarios en periodos de elección utilizar estos mecanismos de gasto y reducción en las recaudaciones tributarias. Los resultados indican que el 65% (71 elecciones) de los gobiernos utilizan estas prácticas y el 69% de los partidos involucrados asegura su reelección.
Para profundizar en la relación de gastos, ingresos y balance fiscal durante el periodo electoral y no electoral, se presentan los Gráficos de dispersión 2 y 3. En el Gráfico 2 se puede observar que existe una relación positiva entre el gasto público y los ingresos tributarios, no obstante, en el periodo electoral los gastos superan a los ingresos y en el periodo no electoral sucede lo contrario. Específicamente en los dos años previos a la elección, la pendiente es menor que la recta de 45 grados representada por la zona gris y tiene a disminuir a mayores valores de gastos. Por tanto, en el periodo electoral a mayor nivel de gasto, se incrementa la recaudación, aunque en una menor proporción del aumento inicial, lo que tenderá a producir un debilitamiento del balance fiscal. De igual forma, en el Gráfico 3 se observa que los gobiernos tienden a mantenerse cercanos al promedio de balance fiscal (a un 0% del PIB) sin importar el nivel del gasto público. Existe una tendencia a mantener déficit en el periodo electoral, sin embargo, esto puede estar asociado por el comportamiento mencionado anteriormente de los ingresos y los gastos.
El principal objetivo de este trabajo es evaluar el efecto de los instrumentos fiscales sobre la probabilidad de reelección de los gobiernos latinoamericanos. Para ello, siguiendo la recomendación de la literatura, se utilizó un panel de datos logit de efectos fijos para evaluar las heterogeneidades de los países invariantes en el tiempo. No obstante, cuatro países de la muestra (Ecuador, Guatemala, Panamá y Perú) no tienen reelecciones en la muestra seleccionada[5] y, por esto, utilizar efectos fijos disminuye 19 observaciones correspondientes a las elecciones en estos países, lo que representa el 17% de la muestra total. Esto sucede principalmente porque el método de efectos fijos utiliza información de la reelección o no de los países en el tiempo y este método no puede estimarse considerando que no hubo cambios en el tiempo (nunca sucedió la reelección) en estos países.
Por tanto, tomando en cuenta que el panel está fuertemente desbalanceado y una pérdida de la muestra de cuatro países (o grupos) es muy sensible, los resultados de la estimación podrían perder confiabilidad y se tendería a generar estimaciones espurias. En consecuencia, se toma la decisión de continuar utilizando un modelo logit, pero sin que este controle las heterogeneidades individuales de los países a través de panel de datos, sino que, en cambio, asuma que todos tienen el mismo peso en la estimación. Otros estudios como los de Kraemer (1997), Enkelmann y Leibrecht (2013) y Stratmann (2013), asumen este supuesto indirectamente a través de la utilización de la técnica de mínimos cuadrados ordinarios. De igual forma, los resultados de este estudio generan resultados similares de ser obtenidos con efectos fijos, efectos aleatorios y logit.
Con la intencion de construir un modelo más parsimonioso y reflejar el cambio y la relación entre las variables independientes, se utilizó un método iterativo para la estimación. Para cumplir con estos criterios, el modelo se realizó progresivamente evaluando la interrelación de las variables y secuencialmente ir incorporando otros tipos de variable, hasta llegar al modelo final. Por esto, en primer lugar, en la Tabla 3 muestra la relación de las variables de control y las variables políticas con la reelección del partido presidencial.
Con respecto a las variables de control, se prefirió utilizar el promedio de las variables en el periodo de gobierno para identificar preferencias de los ciudadanos sobre el mandato completo y continuar con las especificaciones ya realizadas por Haan y Klomp (2013) y Katsimi y Sarantides (2015). Esta especificación es preferible, debido a que sus resultados son más intuitivos ya que, en teoría, los ciudadanos deberían castigar o recompensar a los gobiernos según el desempeño económico del gobierno durante el tiempo de su mandato. Adicionalmente, las variables de control expresadas en term generan la mejor combinación en términos de consistencia con las relaciones y significancia con el resto de las variables independientes (políticas y fiscales) según los resultados teóricamente esperados en los siguientes modelos. Por otra parte, la inclusión de estas variables cumple el rol de controlar indirectamente las decisiones fiscales durante el periodo.
Los resultados de estas variables están dispuestos en el Modelo 1 y en esta columna se muestra que la única variable de desempeño económico que afecta positivamente a la probabilidad de reelección del partido es el promedio del PIB per cápita para el periodo, manteniendo la relación explicada por Brender y Drazen (2005a) para nuevas democracias y países en vías de desarrollo. Por otra parte, consistente con la mayor parte de la evidencia empírica presentada por Peltzman (1992), Veiga y Veiga (2007a), Alesina, Carloni y Lecce (2013) y Katsimi y Sarantides (2015) la variable de desempleo resultó no significativa, aunque con el signo esperado. También la población resultó significativa con un efecto positivo pero muy marginal, reflejando una relación indirecta con el gasto público. En este sentido, la población ayuda a separar el efecto inercial de aumento en el gasto por el aumento población, del componente fiscal como foco de esta investigación.
Por otra parte, la inflación mantiene el signo esperado, en tanto refleja que los votantes reaccionan negativamente ante aumentos generalizados en los precios, aunque esta variable resulta no significativa en la regresión. Estos hallazgos van en contra de los resultados encontrados ya anteriormente por Brender y Drazen (2005b) y Katsimi y Sarantides (2015). Esto podría estar influenciado por la inestabilidad económica de la región durante gran parte del periodo estudiado y una baja capacidad del electorado para procesar los resultados económicos negativos[6]. El resto de las variables, índice de globalización y el porcentaje de votos en la elección anterior, no fueron significativas.
Entre las variables políticas dispuestas en el Modelo 2, la variable binaria de nuevas democracias tiene la mayor significancia estadística, alcanzando el 1%. Estos resultados indican que en presencia de una nueva democracia es menos probable que ocurra la elección de un candidato con la misma afiliación política que el presidente. A pesar de que Brender y Drazen (2005b) no encontraron una relación significativa con esta variable y el déficit fiscal para asegurar la reelección, los resultados de Brender y Drazen (2005a) sugieren que estos países son más propensos a sufrir de estas manipulaciones fiscales. Se podría dar el caso en que efectivamente sean más propensos a que sus políticos generen expansiones fiscales, aunque sin un resultado productivo para la reelección, tal como es el resultado de la regresión.
De igual forma, se encuentra una relación negativa entre la reelección del partido y el nivel de la democracia. Esto puede estar relacionado con la premisa de que en las democracias más establecidas los ciudadanos se comportan como conversadores fiscales ante la presencia de mayor información y transparencia de parte del gobierno, por lo que estos votantes informados serían menos propensos a engañarse por expansiones oportunistas. Estos resultados también se refuerzan entre sí con la relación negativa entre reelección y los pesos y contrapesos del gobierno, cuando existe un mayor nivel de esta variable independiente resulta más difícil realizar grandes expansiones fiscales y el poder legislativo puede tener una influencia en la respuesta en votos hacia el candidato a la presidencia.
Al combinar los dos tipos de variables, se mantienen los signos conseguidos y la significancia individual y conjunta, con la excepción de la variable del nivel de democracia. Esto indica un nivel de robustez de los resultados, pues se mantienen los signos obtenidos ante la adición de nuevas variables en la regresión. Es importante notar que el Modelo 3 tiene el mayor nivel de significancia conjunta según el pseudo R2, lo que indica que es un mejor modelo de estimación en comparación a los modelos previos.
Para todos los modelos se estima el porcentaje correcto de predicción, calculado como la probabilidad resultante de la estimación y el contraste de la estimación con los resultados de la variable binaria reelect_2 dividido entre el número de elecciones. Con esto, se puede observar que inclusive de forma separada, las variables de control y políticas tienen un alto poder predictivo, lo que indica que estas variables explican en gran parte los resultados electorales dentro de la muestra. Al unir dichas variables bajo una regresión individual este indicador de predicción solo incrementa moderadamente a un 79.09%.
A partir de las variables de control y políticas identificadas, en la Tabla 4 se muestran las relaciones con las variables fiscales en términos del periodo completo de gobierno, el periodo electoral y la desviación del periodo electoral con relación al periodo no electoral. Con respecto al balance primario, en las columnas de 1 a 3, se puede observar que este guarda en todas sus especificaciones una relación positiva con la probabilidad de reelección del partido, aunque ninguna alcanza el nivel mínimo de significancia de 10%. Estos resultados sugieren que no hay suficiente evidencia de que los déficits fiscales ayuden al partido de gobierno a mantenerse en el poder.
Los resultados en términos del gasto público sí son consistentes con la hipótesis de que la manipulación electoral lleva a un mayor porcentaje de votos para el partido del gobernante. Los resultados de las columnas 4 a 6 muestran una relación positiva y significativa para todo el mandato, para el periodo electoral y con la diferencia entre el periodo electoral y no electoral. Estos hallazgos son similares a los encontrados por Veiga y Veiga (2007b) y Sakurai y Menezes-Filho (2008) en cuanto los votantes son receptivos a los incrementos en periodos no electorales.
Adicionalmente, las diferentes especificaciones de gasto público demuestra en primer lugar que los ciudadanos tienen una preferencia creciente en el tiempo sobre el gasto público que debe proveer el gobierno. Por otra parte, considerando el nivel de significancia y el signo positivo en el gasto público para el periodo electoral y su desviación, se puede agregar que adicionalmente a este incremento, se considera más favorable para la reelección del partido si dicho incremento viene acompañado de un aumento más que proporcional del gasto público durante el periodo electoral.
Por otra parte, sobre ingresos provenientes de impuestos (columnas 7 a 9), los hallazgos demuestran que los votantes son más favorables a los incrementos de la recaudación durante todo el periodo de gobierno y en el periodo electoral. De tener un alza en los ingresos, manteniendo constante los gastos, el balance primario tenderá a aumentar y esta relación no se confirma bajo los hallazgos actuales. Por tanto, este escenario de incremento de impuestos no parece ser solo una preferencia corriente de los ciudadanos, sino que representa un costo que debe ser asumido por el público para asegurar el aumento del gasto. De igual forma, ambas variables, gastos e ingresos, mantienen una correlación alta, lo que implica que el crecimiento de ambas variables va unido.
Para Besley y Case (1995) la relación positiva entre ingresos y gastos con la probabilidad de reelección representa la recompensa de los ciudadanos hacia el político por entregar mejores resultados en el primer mandato. Por esto, los políticos interesados en construir una reputación positiva saben que aumentar el gasto fiscal no generará un castigo en la votación si se realiza a costa de aumentar los impuestos recaudados.
Adicionalmente, de forma general, es importante considerar que el efecto de la desviación, tanto para el gasto como para el ingreso, concentra gran parte de la relación con la reelección del partido. En ambos casos, el PIB y el nivel de democracia dejan de ser significativas en la regresión, se aumenta el porcentaje de predicciones correctas y se incrementa el pseudo R2. También el nivel del coeficiente se triplica para el gasto y se duplica para el ingreso, lo que sugiere un incremento en la magnitud de esta relación.
Siguiendo con las especificaciones de Haan y Klomp (2013), a partir del método iterativo se realiza una regresión final[7] que contiene los efectos del gasto público y los ingresos hasta encontrar una estimación en donde las variables tengan una significancia de al menos 10%. Esta misma especificación fue realizada para subpartes de la muestra que fueran democracias establecidas y nuevas democracias para evidenciar diferencias entre las etapas y contrastar con la teoría presentada por Brender y Drazen (2005b). Como los coeficientes de logit representan razones de probabilidad, para todas las regresiones se calcularon los margins para convertir el coeficiente en la probabilidad de reelección ante el cambio de una variable independiente.
En este caso, los resultados de la Tabla 5, Modelo 1, indican que la variable que afecta en mayor proporción a la reelección es la variable dicotómica de nuevas democracias. Es decir, es 24% más probable que ocurra la reelección del partido durante el periodo de democracia establecida (después de las cuatro primeras elecciones luego de la transición). Incluso a pesar de que existe un efecto conjunto entre la desviación del gasto y del balance primario, esta relación es causada por un efecto directo de las democracias establecidas dentro de la muestra. Así pues, en su especificación separada en el Modelo 2 se observa cómo se incrementa notablemente la magnitud de los coeficientes y las probabilidades de reelección ante aumentos en las variables fiscales.
El efecto de las variables fiscales sobre las nuevas democracias puede no ser significativo en este contexto considerando las diferencias entre las transiciones políticas europeas, donde comúnmente se estudia el PBC y estos efectos, y el caso latinoamericano. De esta manera, a pesar de que la región logró durante las décadas de los 80 y 90 una democratización casi completa en su tercera ola, existe una complejidad intrínseca del caso latinoamericano que no puede ajustarse bajo una teoría única sobre la democracia y sus transiciones (Collier 1999). Para Peeler (2004) la democracia en la mayoría de los países de la región fue lograda bajo acuerdos políticos de las élites y el establecimiento de reglas de juego que llevaron progresivamente a la institucionalización de los sistemas partidistas. Bajo este contexto, este periodo se consideraba un equilibrio en el mantenimiento del poder, el cual pendía bajo los acuerdos de las élites políticas, quienes se inspiraban de tendencias políticas de centro y alejaban a los extremos que pudieran atentar contra la estabilidad de todo el sistema.
Por lo tanto, para este momento de transición, las nuevas democracias se veían influidas por su estructura interna y la interacción entre las élites. El gran logro no era mantener el poder bajo una figura presidencial o de un partido, sino mantener el sistema democrático que tanto había costado instaurar y mantener vigente. Estos intereses también explican, por qué la mayoría de los países no incluían la reelección dentro de sus constituciones nacionales. Era primordial mantener el espíritu democrático, más allá de los intereses particulares y partidistas.
De igual forma, estos resultados sobre nuestras democracias son similares a los encontrados por Katsimi y Sarantides (2015). Estos autores señalan que en los primeros periodos luego de una transición democrática los partidos políticos tienden a tener un menor nivel de establecimiento en el país y una estructura pequeña, en comparación con los partidos en las democracias establecidas. Todo esto lleva a tener un menor apoyo político y poca fidelidad de los ciudadanos, lo que termina limitando las probabilidades de reelección de los partidos dentro de este periodo.
Bajo esta lógica operaban los gobiernos latinoamericanos, por lo que los resultados del Modelo 1 muestra principalmente la influencia del periodo de democracias establecidas en la región; mientras que el Modelo 3 representa la diferencia en la lógica del sistema. En esta regresión, todas las variables, a excepción del PIB, resultan no significativas, aunque manteniendo los signos esperados en relación con los otros modelos.
El Modelo 2 sugiere una dinámica más potente entre las variables fiscales de gasto y balance fiscal que se refuerzan mutuamente vía incrementos en el ingreso tributario. En este caso, los resultados demuestran que en las democracias establecidas el oportunismo rinde frutos, pues un incremento de un 1% del gasto público sobre el PIB con relación al promedio de los años no electorales, está relacionado con un aumento en 15% de la probabilidad de ser reelecto. Además, una mejora en el balance fiscal con relación al periodo no electoral, está asociada a un incremento de un 7% en la probabilidad de reelección. Estos efectos se complementan y mejoran las chances para la reelección del partido cuando son realizados de manera conjunta.
Adicionalmente, el Modelo 2 sugiere que en las democracias establecidas el efecto de los pesos y contrapesos es de mayor magnitud. Por tanto, por cada control adicional que imponga el poder legislativo la probabilidad de reelección del partido disminuye en un 38%. Por tanto, los sistemas de pesos y contrapesos sirven para luchar contra el oportunismo político y los sesgos de intereses personales.
Estos efectos y relaciones pueden estar presentes en mayor medida en democracias establecidas, porque los actores políticos cuentan con experiencia y experticia sobre el sistema político y son capaces de generar trucos que les permitan sacar ventaja sobre las reglas del juego ya fijadas. Además, en tipo de periodos ya existe una sólida base partidista, revirtiendo el efecto mencionado en el periodo de nuevas democracias y facilitando la reelección.
Con respecto a las variables macroeconómicas, es importante considerar que los resultados del Modelo 1 muestran las variables de PIB e inflación con una relación positiva y negativa respectivamente, aunque sin una significancia estadística. En este caso, de igual forma que con las variables fiscales, el efecto de estos indicadores está atado directamente al periodo de democracias establecidas según el Modelo 2 dado que, los resultados para las nuevas democracias son inconsistentes en términos de signos esperados. Estos hallazgos pueden estar motivados por la inestabilidad económica del periodo inicial, que fue mejorando bajo el segundo periodo y por el aprendizaje de los ciudadanos bajo el sistema electoral democrático.
Los resultados de las diversas regresiones son robustos, porque mantienen los signos y relaciones en torno a las diversas especificaciones que se han realizado, siguiendo con lo especificado por la teoría, aunque con excepciones justificadas. Además, en las Tablas 4 y 5, se aprecia el alto poder predictivo que tienen estos modelos contra los eventos pasados.
Para complementar el análisis de confiabilidad de los resultados se realiza el Gráfico 4, que muestra en el eje X la desviación del gasto público en el periodo electoral contra el periodo no electoral y en el eje Y la probabilidad resultante del modelo logit final. Por tanto, este gráfico visualiza la diferencia de los resultados electorales ya obtenidos, contra la probabilidad calculada del modelo y la desviación de la variable fiscal. Se puede apreciar que la mayoría de los países que mantuvo desviaciones positivas en el gasto público durante el periodo electoral y que, simultáneamente, por el resto de las relaciones especificadas en el modelo tiene una probabilidad mayor o igual al 50% de ser reelecto, termina con resultados favorables para los partidos. Estas condiciones más favorables quedan identificadas por el cuadrante gris que, según las especificaciones teóricas y los resultados del modelo, bajo ese cuadrante se tiene las “mejores” condiciones para asegurar la reelección del partido y es donde efectivamente se encuentra la mayor cantidad de reelecciones ganadas por los partidos.
De igual forma, para profundizar con el análisis empírico y con el objetivo de comprobar las diferencias existentes entre nuevas democracias y democracias establecidas durante largos periodos se realiza el Gráfico 5, que señala para cada una de las elecciones del grafico anterior el tipo de periodo y el resultado electoral. En este gráfico se puede evidenciar que la mayor frecuencia de reelecciones en el cuadrante gris, la cual está asociada principalmente a las democracias establecidas de la muestra, en donde después de los periodos de transición los políticos fueron recompensados en las urnas en una situación de expansión del gasto. Esta relación evidencia el nivel de aciertos, refuerza las pruebas de robustez presentadas y muestra el alto nivel predictivo del modelo.
Conclusiones
Este trabajo ha estudiado empíricamente la relación existente entre el uso oportunista de las variables fiscales y los resultados electorales en 18 países de Latinoamérica para ver la respuesta sobre la probabilidad del partido para ser reelecto. Los hallazgos sugieren que existe una necesidad por entender a profundidad las diferencias y características propias de las democracias latinoamericanas dentro del contexto del PBC, especialmente en aquellos periodos que la literatura denomina “nuevas democracias”. Los resultados son contrarios a las hipótesis de Brender y Drazen (2005b), que sugieren que los países en este periodo y cuyo nivel de desarrollo es bajo, son más propensos a que la manipulación fiscal resulte en beneficios electorales.
Para América Latina se evidenció que el oportunismo fiscal es dirigido principalmente vía gasto, y se considera productivo y eficiente para mejorar las oportunidades de éxito electoral. Un incremento de 1% sobre la diferencia del gasto público como porcentaje del PIB en el periodo electoral y el no electoral, está relacionado con un aumento en promedio de 7% en la probabilidad de reelección del partido. Esto muestra la efectividad de este tipo de política y explica por qué su uso se ha difundido rápidamente por la región, lo que siguiendo con la teoria, refuerza e incentiva el uso indiscriminado de la política fiscal por parte de los gobiernos para satisfacer intereses partidistas.
Sin embargo, contrario a la teoría, estos resultados están causados principalmente por el efecto de las democracias establecidas durante el periodo de estudio, considerando como tales aquellas ocurridas luego de la cuarta elección siguiente a un periodo no democrático. En este caso, la magnitud del efecto se incrementa sustancialmente a un 15% cuando se estudia este periodo por separado. Estos hallazgos a pesar de ser controversiales, parecen responder a la dinámica de las transiciones políticas en América Latina, las cuales no necesariamente mantuvieron una ruta única -teórica y empírica- hacia la democracia.
Para Peeler (2004) la mayoría de los países de la región fueron democratizados partiendo de acuerdos de las élites que convergieron en una estabilidad del sistema de partidos políticos y una democracia ciudadana. Por lo tanto, este periodo de “nuevas democracias” representa un proceso de transición y acuerdos políticos para lograr la democracia, y no tanto responde a la idea de que un partido o líder político se mantenga en el poder. En consecuencia, las causas que sustentan el PBC se ven fuertemente cuestionadas bajo este contexto político y deben ser reestudiadas a profundidad para entender su comportamiento y las diferencias que presentan según las características individuales. Además, estos resultados van en línea con el estudio de Barberia …[et al] (2011) que sugiere que podría existir una gran sensibilidad de acuerdo a los criterios utilizados para medir la democracia, los factores institucionales y su evolución y la definición de transición democrática. En este sentido, futuras investigaciones sobre este tema deben consideran incorporar diferentes criterios para evaluar la consistencia de los resultados de este estudio.
Por otra parte, los resultados con respecto a las nuevas democracias pueden estar relacionados con que los partidos políticos en este periodo se encontraban con un nivel de desarrollo menor, en comparación de los mismos en periodos de democracia establecida. También, reforzando el oportunismo político en periodos de democracias establecidas, puede suceder que hoy en día los políticos hayan aprendido sobre el sistema y buscan maneras de engañarlo a través de sus propios instrumentos políticos.
Sobre las variables fiscales, de forma general los resultados muestran que los votantes latinoamericanos tienen preferencias crecientes de gasto público. Se sugiere que los ciudadanos son favorables a incrementos en el nivel de gasto público durante el periodo de gobierno y especialmente en el periodo electoral. Sin embargo, a pesar de que el oportunismo político es beneficioso, es importante destacar que los ciudadanos parecen comportarse como conservadores fiscales en términos del balance fiscal. Es decir, la generación de déficit no es recompensada en términos de votación. En cambio, para asegurar la reelección del partido parece ser más favorable que los gobiernos incurran en superávit fiscales o mejoras del balance fiscal en el periodo electoral.
Los resultados desde punto de vista del ingreso se complementan y refuerzan entre sí con respecto a la relación entre balance fiscal y gasto. En este sentido, resulta preferible incrementar los ingresos tributarios durante todo el periodo de gobierno y generar un aumento mayor al promedio en el periodo electoral. Bajo el contexto oportunista, para que los gobiernos generen expansiones en términos de gasto que no produzcan un deterioro del balance fiscal, es necesario incrementar la recaudación tributaria total. Por tanto, los resultados evidencian que la relación con los ingresos está ligada más a un compromiso o costo político que deben asumir los gobiernos y los ciudadanos para tener más gasto, que a una preferencia real.
De igual forma, los ingresos y gastos están altamente correlacionados entre sí, lo que quiere decir que existe una relación casi perfecta entre lo recaudado por impuestos y el gasto público en América Latina. Esta dinámica sirve para considerar que en muchos casos los gobiernos pudieran tener la intención de manipular la economía, pero las características propias de la región los restringen, especialmente bajo un contexto de endeudamiento limitado, un ambiente de inestabilidad económica y pocas opciones políticas, tal como menciona Remmer (1993). El nivel de ingresos limita la posibilidad de grandes expansiones fiscales y el bajo grado de inversión dificulta la obtención de deuda externa.
Además, tomando en cuenta estas limitaciones y la baja capacidad de los gobiernos para garantizar resultados favorables, las variables económicas pueden tener un menor efecto para asegurar la reelección del partido. Los hallazgos de este estudio van en línea con esta premisa, pues los indicadores macroeconómicos mantienen su robustez únicamente durante el periodo de democracias establecidas cuando los coeficientes del PIB y la inflación son significativos y consistentes con la literatura. Estos hallazgos indican que bajo este periodo los votantes observan favorablemente incrementos en el crecimiento económico y reaccionan negativamente ante aumentos en la inflación. Este comportamiento puede estar ligado a un mayor nivel de “consciencia del voto” durante esta etapa, en cuanto los votantes pudieron haber mejorado sus capacidades para procesar la información económica disponible al momento de la elección bajo un entorno más estable y democrático. Por tanto, resulta importante considerar para futuras investigaciones incluir variables de transparencia fiscal y macroeconómica y el nivel educativo de la población para profundizar sobre esta relación.
De igual forma, para ayudar a contrarrestar los efectos oportunistas del PBC, los resultados de las variables políticas sugieren que existe una relación inversa entre el nivel de democracia y los pesos y contrapesos de los gobiernos con respecto a la probabilidad de reelección del partido. Esta relación es tan alta como que, en democracias establecidas, por la inclusión de un nuevo actor de veto, la probabilidad de reelección del partido disminuye en un 34%. Estos indicadores políticos e institucionales sirven para ver en el marco de qué situaciones es más favorable que ocurra o no el oportunismo político y que el mismo sea efectivo para ganar votos.
Para finalizar, es importante resaltar que el oportunismo político en el que vive actualmente en América Latina refleja el deterioro de la esfera política en comparación con las etapas de transición, principalmente porque hoy los intereses individuales y partidistas moldean las decisiones gubernamentales. Hoy más que nunca, dada la efectividad de las expansiones del gasto y la flexibilidad de los textos constitucionales sobre la reelección, los hacedores de política deben buscar estrategias claras que limiten la ocurrencia de PBC, lo que pasa directamente por reducir la alta discrecionalidad en el uso de los recursos públicos por parte de los gobiernos.
En aras de esto, es necesario fijar estrategias que ayuden a frenar estos sesgos políticos que generan un deterioro de la calidad de la democracia y la creación de incentivos negativos que van en contra de los principios de alternabilidad política. Para esto, es necesario tomar conciencia de la situación y generar los suficientes espacios para atender estos problemas. Por esto, desde los poderes legislativos se deben mantener e incrementar los pesos y contrapesos que hoy sustentan la democracia y, desde la sociedad civil, se debe reclamar mayor participación y transparencia para conocer y entender las motivaciones y la racionalidad detrás de las decisiones políticas. Con el tiempo, estas estrategias generarán una mejora en los sistemas políticos y sus instituciones y sentarán las bases para beneficiar el desarrollo nacional y la calidad de la democracia en el largo plazo y no los intereses privados que se priorizan en el contexto actual.
Anexos